sábado, 30 de enero de 2010

Ajá, ¿y dónde está Bin Laden?

"¡Oh!, y, ahora, ¿quién podrá defendernos?" - fórmula popular empleada por quienes piden ayuda al Chapulín Colorado.



No es lo mismo en cuanto a la gravedad de sus consecuencias pero, tal como en el caso de la invasión y guerra contra Irak –basadas ambas en pruebas fabricadas y documentos mal adulterados, copiados del proyecto de tesis de un estudiante universitario– los servicios de inteligencia estadounidenses han vuelto a meter la pata, garrafalmente.


Su última genialidad fue utilizar la fotografía de Gaspar Llamazares, diputado español por Izquierda Unida (IU), para componer una imagen del aspecto que, según la susodicha inteligencia, tendría en estos momentos el terrorista más buscado del mundo, y luego presentársela al mundo entero como lo último en tecnología de identificación y reconocimiento de criminales.


Pero, oh, sorpresa: una búsqueda en Imágenes de Google y unas capas de Photoshop, éste fue el barato e ingenioso recurso utilizado por el FBI (una de las agencias de seguridad que gozan del mayor presupuesto del mundo para sus investigaciones y operaciones), con el fin de elucubrar la pinta actualizada de Osama Bin Laden.


Al menos esta es la versión que intenta hacer que pase por explicación un condescendiente delegado de la embajada estadounidense en España al admitir la manipulación de su foto y pedirle disculpas al diputado Llamazares.


Si los del FBI se hubieran quedado callados tal vez nadie se hubiera dado cuenta pero, con este oso tan embarazoso, al público le queda ahora claro que, después de todo este tiempo, realmente no tienen la más mínima idea de la apariencia que tiene Osama Bin Laden, y que por algún motivo están dispuestos a mentirnos sobre ello.


Tal vez no nos mienten, y por lo menos sabemos que creen que el hombre más buscado del mundo se parece a Gaspar Llamazares, aunque el dirigente ibérico asegure que él mismo no encuentra ningún parecido entre él y el famoso terrorista internacional.


A la ignorancia y a la improvisación se suma, por si fueran poca cosa, la falta de originalidad.


Porque (y esto ya parece de chiste) la misma foto del diputado, al que los diarios gringos califican como un político “de extrema izquierda” (en realidad, en Europa ya no existe la extrema izquierda como opción política), fue empleada también por el FBI para crear la imagen que supuestamente tiene en la actualidad un ciudadano libio sospechoso de terrorismo.


“No creo que se haya llegado por casualidad a mi imagen en Google, dos veces”, comentó Llamazares, mostrando su lógico disgusto y su preocupación tanto por el hecho de que, efectivamente, no se trate de un incidente fortuito –ya que esto implicaría que detrás de todo existe una intención claramente perversa y “de sectarismo ideológico”– como por la posibilidad de que sea producto de un vulgar error de corta y pega.






No añade nada de seriedad a este asunto el hecho de que, casualmente, la foto de Llamazares haya sido usada desde 2008 en un video colgado en Youtube por un artista mexicano del Photoshop para ilustrar la manera de manipular con este programa la imagen de una persona para dejarla totalmente calva.



Atribuir esto a una casualidad resulta, digamos, ¿descabellado?


Los terroristas del mundo entero tampoco podrán creerlo, semejante tomadura de pelo, ¿cómo es posible tanta incompetencia? Es difícil no imaginar a Bin Laden, si aún vive (y si los videos que vemos de él de vez en cuando no son un montaje o hechos con un doble), riendo a carcajadas en alguna de las cuevas desde las que dirigiría sus peligrosas redes de terror.


Infortunadamente para muchos, muchísimos otros, esto no es un asunto de risa.


Primero, por lo más elemental: ¿en manos de quién está eso que tan eufemísticamente insistimos en llamar “seguridad”?


Segundo, por lo inaudito que resulta el desperdicio de recursos, de tiempo, de dinero y de costosas (aunque por lo visto no tan brillantes) mentes puestas al servicio de una patraña. No hay derecho a que los impuestos se traduzcan en esto. ¿Cuánto cobrará de sueldo este otro genio del Photoshop en el FBI?


Y también, por último, porque de atropellos como el practicado contra Llamazares es víctima a diario el ciudadano anónimo, el común y corriente, ese que no tiene los medios para que las cámaras de la televisión recojan después su protesta.


Al diputado español lo afectaron en su imagen, y eso está mal.


Pero esta incompetencia burocrática tiene el potencial de aplastar y arruinar las vidas de muchos, de triturarlas indiferentemente entre sus fríos engranajes. Y eso es terrorífico.


Y, a todas éstas, ¿dónde diablos está Bin Laden?


Ya son casi 10 años de búsqueda, decenas de aldeas y pueblos arrasados, cientos de cavernas bombardeadas, y nada: el tipo no aparece por ningún lado.


Pero exista o no exista Bin Laden, esté vivo o muerto, su presencia es inamovible del nicho que gracias a los medios le hemos fabricado en el imaginario colectivo, en donde su imagen se encuentra tan profundamente implantada como un mandala que enciende las alarmas de un mundo aterrorizado por los antiterroristas.


Y con despliegues de inteligencia como el que hemos presenciado, ¿habrá oportunidades de capturarlo algún día?


Parece que no. Ni si las pintan calvas.






Punto aparte: la definición de “monstruoso”, según el DRAE, es:


monstruoso, sa.
(Del lat. monstruosus).
1. adj. Contrario al orden de la naturaleza.
2. adj. Excesivamente grande o extraordinario en cualquier línea.
3. adj. Muy feo.
4. adj. Enormemente vituperable o execrable.


Una definición alternativa para la misma palabra: que hasta los idiotas útiles o responsables de poca monta (a los pesados nunca los cogerán) en el asunto de los “falsos positivos” (léase: fríos asesinatos en masa) estén saliendo libres por las trabas que interponen sus abogados para que expiren los términos de los procesos legales, en uno de los casos de infamia más asquerosos de los que se tenga noticia en la historia nacional. ¿Acaso el hecho de que las víctimas de estas atrocidades sean del pueblo raso impide que se invoque la figura de “crímenes de lesa humanidad” para que no prescriban los procesos?


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1 comentario:

  1. Carlos, muy bueno tu blog, felicitaciones! Es actual, ameno y bien escrito, además de tener ese toque de humor costeño que me encanta.

    Sigue escribiendo.....es refrescante para nosotros, los que vivimos el país en la distancia, tener estos puntos de encuentro para hacer catarsis. Abrazos, Diana.

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