domingo, 3 de enero de 2010

Los extremos del 2009: una lista personal


“Un optimista se queda despierto hasta medianoche para ver llegar el año nuevo. Un pesimista lo hace para asegurarse de que el viejo se ha marchado” - Bill Vaughn (1915 - 1977), escritor y columnista estadounidense.






Sin ánimo de pontificar, es decir: desde mi humilde punto de vista, yo también he hecho mi lista en esta temporada en la que a la gente le gusta tanto escribir y leer listas sobre el año que dejan atrás. ¿O fue el 2009 el que nos dejó atrás? Lamentablemente, parece que fue así en más de un aspecto, pero no todo ha sido tan malo en este interesante año de crisis. Veamos.


Lo más decepcionante: la Cumbre de la Tierra en Copenhague, que fue puro papel mojado y que dejó claro que nuestros gobernantes están más que dispuestos a seguir serruchando suicidamente por el pegue la rama sobre la que estamos sentados mientras repiten como loros sus cartillas de buenas intenciones.


Lo más emocionante: la exploración espacial, que nos ha permitido confirmar la presencia de agua en la Luna, la de aminoácidos en el cometa Wild, y descubrir condiciones para la formación de la vida en Titán y Enceladus; así como planetas rocosos, semejantes a la Tierra, alrededor de otras estrellas.


Lo más irritante: la terquedad egotista y silenciosamente calculada de Álvaro Uribe para aferrarse al poder.


Lo más alentador: el cultivo de órganos humanos para trasplantes y el perfeccionamiento de extremidades artificiales electromecánicas que parecían cosa de ciencia ficción hace tres décadas, cuando veíamos a Lee Majors interpretando al hombre de los seis millones de dólares (con ese presupuesto no le hubieran podido poner ni un dedo biónico hoy en día), aunque las implicaciones militares anticipadas precisamente por aquella serie de televisión puedan hacer de este avance también “lo más aterrador”.


Lo más insólito: el Premio Nobel de la Paz otorgado a Obama, y su orwelliano discurso al recibirlo, recordándonos que al fin y al cabo la guerra es la paz. Es curioso, eso mismo proclaman Al Quaeda y tantos otros movimientos terroristas nacionales e internacionales.


Lo más risible (sólo si se le sabe descubrir el humor negro): ¿Cuántos miles de millones de pesos dijo Uribe que se iba a gastar en comprar un escudo antimisiles para nuestra frontera con Chávez mientras su gobierno asegura no disponer de dinero para mejorar y repotenciar la universidad pública colombiana, y cuántos se les regala a los campesinos colombianos de estrato seis?


Lo más aberrante: muy relacionadas con el punto anterior, las palabras de Andrés Felipe Parias cuando era ministro de agricultura de Uribe: “a los pobres del campo no se les puede dar tierra, porque se vuelven guerrilleros o paramilitares”, para justificar los miles de millones de pesos y de las tierras más fértiles del país que el gobierno repartió mafiosamente entre sus más ricos adeptos.


Lo más altruista: Shakira, y su Fundación Pies Descalzos. Bravo por Shakira.


Lo más aburrido: la cantaleta guerrerista del paranoico coronel Hugo Chávez, uno de los mejores amigos de los tiburones financieros internacionales: cada vez que él abre su boquita, el precio del crudo sube unos cuantos puntos (gracias a aquello del famoso y conveniente factor de incertidumbre), por no hablar del especial cariño que le deben tener los vendedores de armas, ni de lo que contribuye el compañero presidente con su verborrea a que se pierdan por otros cuatro años las esperanzas de mudanza en la Casa de Nariño.


Lo más ignorado: las víctimas del salvaje secuestro practicado por los mafiosos de las Farc. Después de la entrega de Ingrid, Clara y los “contratistas” gringos, el gobierno parece recordar a los demás miles de secuestrados solamente en sus mensajes de buenas intenciones navideñas. Ui uish iu e merri crismas, ui uish iu e merri crismas, bai bai.


Lo más frívolo: la industria informativa sobre la muerte de Michael Jackson.


Lo más extraño: piénsalo bien: en el que pasó, en el que empezó y en todos los años, lo más extraño es que estemos y sigamos vivos siquiera un día más. Más que extraño, resulta maravilloso. Gracias. Creo que lo más estadísticamente normal sería no existir, pero hay que ver lo poco que nos fijamos en este misterio.


Lo más humillante: la apertura de glúteos impuesta a nuestra soberanía nacional por Uribe al otorgarle absoluta impunidad a los militares gringos que utilizarán las bases colombianas sin tener que responder ante nuestra justicia por las infracciones, delitos o crímenes que pudiera cometer la soldadesca extranjera en nuestro territorio, demostrándonos a todos los colombianos que somos ciudadanos de segunda en ese territorio.


Lo más triste: mientras leías esta entrada de blog, aproximadamente cien niños han muerto de hambre en el planeta Tierra; mientras los gobiernos destinan a la compra de armamento un presupuesto del que, con una décima parte, podría detenerse en muy poco tiempo este asesinato continuado.


Y para este año que comenzó, una predicción de aficionado (de las predicciones, no del fútbol): Junior llega a la final.


¡Feliz 2010!






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