lunes, 14 de diciembre de 2009

"Un paso histórico" (hacia atrás) en un país berlusconizado


Los cementerios están repletos de cadáveres de personas que pensaron que el mundo no podría seguir adelante sin ellas” - (Anónimo)



El Ministro de Interior sale a decir que el gobierno de Uribe ha dado
“un paso histórico” en la GGUUEERRAA CCOONNTTRRAA (algunas de) LLAASS DDRROOGGAASS al ilegalizar la dosis mínima de marihuana.

No. El ministro no hizo su declaración en la sección de cuenta chistes de Sábados Felices. El hombre hablaba en serio.
O fingía hacerlo. Porque cuando un funcionario público miente de manera tan descarada se pueden considerar dos posibilidades, entre otras: 1) que el funcionario es un cretino y de verdad se cree su propia mentira o 2) que no se la cree pero sí cree que el verdadero cretino es el electorado.
Creencia esta última que, analizada a la luz de la actualidad nacional y desde el punto de vista del mentiroso, parece la más factible, toda vez que el mencionado electorado está absolutamente berlusconizado, como el de Italia, dispuesto a tragarse o a perdonar ésta y mil mentiras más.
Berlusconizado. Esto quiere decir, en el caso del país del Sagrado Culebrón, dispuesto a hacerse de la vista gorda ante la corrupción rampante, el crecimiento de la pobreza, el ataque a las libertades democráticas, a la mutilación y manipulación de la Constitución, al empleo de los organismos de seguridad como extensión de las mafias, a que el dinero de los impuestos del pueblo se dedique a financiar “el garrote con el que será golpeado” --o sea regalado a manos llenas a cuentas bancarias como la del muy bancario Luis Carlos Sarmiento--, a las innumerables evidencias de concubinato con el paramilitarismo que le aparecen en este país de desapariciones al gobierno uribista por donde sea que uno meta esa protuberancia del rostro que nace entre los ojos y se extiende hasta terminar metiéndose en los asuntos ajenos, vulgarmente conocida en castellano como “nariz”.
Órgano olfatorio cada vez menos desarrollado en el pueblo colombiano, por cierto, totalmente anestesiado y últimamente insensible en especial ante el hedor.
Y, para no desviarnos de lo nasal, entendamos que en realidad no es cierto que toda Italia se halle absolutamente berlusconizada.
Al menos no lo está Massimo Tartaglia, cittadino itálico que con notable puntería apuntó ayer a la nariz de Berlusconi y consiguió hacerle probar el contundente poder de la iglesia al primer ministro, partiéndole la cara, “¡marica!”, al neo- Duce multimillonario con una miniatura metálica de Il Duomo, la catedral gótica de Milán.
También llamó “payaso” y además le exigió al mandatario: “¡renuncia!”, al mismo tiempo que le lanzaba el proyectil (“cosa que se proyecta”), viéndose compensada en este caso la suavidad del insulto por lo impactante del gesto.
Massimo (quien entre anoche y esta mañana ha conseguido 44 mil nuevos amigos en Facebook) le ha pemitido comprobar, de paso, a una Italia perpleja que bajo la piel del gobernante también corre sangre, como suele suceder en el caso de los vulgares mortales.
¿Lecciones? Desde luego.
Después de ver en la televisión y en los diarios las cortaduras en la mejilla izquierda del maltrecho Silvio, nariz fracturada (según el parte médico), dos dientes rotos, labios partidos y un moretón que le cubre buena parte de su cara, queda muy en claro lo peligroso que resulta el estilo arquitectónico gótico del medioevo --con sus múltiples aristas puntiagudas y sus gloriosas ojivas angulares-- cuando se le da un uso de carácter netamente ofensivo. Estilos más modernos hubieran resultado seguramente menos lesivos.
A todas éstas, Berlusconi, autoproclamado devoto de la Virgen, afirma que durante el incidente se ha producido un prodigio de la fe, ¡un miracolo!
Sostiene el buen Silvio que una oportuna intervención de la mismísima Madonna ha desviado la trayectoria de la iglesia arrojada contra él (por confusa que suene esta aseveración debido a su aparente tinte teológico), impidiendo que hiciera blanco en su ojo izquierdo.
Y uno, claro, se pregunta entonces, ¿qué le hubiera costado a la Virgen María desviar la trayectoria lo suficiente como para evitarle a Berlusconi semejante chancletazo?
¿No habrá sido más bien Nuestra Señora la encargada de guiar el brazo del agresor y de velar por su buena puntería?
En tal caso, otra lección: rezarle a la Virgen y hacer peregrinaciones de camandulero a sus santuarios no garantiza que hayas conseguido incorporarla a tu servicio de protección personal.



Nota: El autor del blog de ninguna manera pretende hacer apología de la violencia, convencido como está de que por lo general ésta sólo genera más violencia y no tiene valor pedagógico alguno, como no sea el aprendizaje necesario para evitarla o sobrevivir a la misma, en un sentido estrictamente defensivo.







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3 comentarios:

  1. Todo acto de violencia es un gesto de impotencia, sin embargo, el incidente evidencia la ceguera a la que pude llegar un dirigente cuando no da cabida a un mínimo cuestionamiento. Y sin la posibilidad de una reflexión que nos diga que quizás hay algo que no hacemos bien, se dispara la manipulación, el autoengaño y la justificación. Lo que me preocupa es cuando las personas que hacen la elección de sus dirigentes asumen el mismo comportamiento.
    En los gobernantes puedo llegar a entender la ceguera del poder, tiene un tirón enorme; más en quienes deciden no ver me pregunto qué es lo que les lleva a ello. ¿Acaso nos vendemos la idea de la impotencia y preferimos la comodidad que nos dan las figuras que parecen indestructibles? ¿O buscamos una garantía en vez de una renovación constante que nos abra a nuevas posibilidades? Estoy convencida de que los elecotres necesitamos un poco de memoría histórica y una mente cuántica que apueste por nuevas posibilidades. El cambio y la transformación es lo que hace posible la vida, y cuando queremos vivir de espaldas a ello los procesos se estancan, sean del orden que sean, afectivos, empresariales o gubernamentales

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  2. La antipatía que produce el personaje no debe cegarnos ante el hecho de que se trata de un anciano de setenta y tantos años brutalmente agredido. Por otra parte, está todo lo que representa. Me parece que la memoria histórica es un don escaso. Me gustaría saber más sobre el concepto de la mente cuántica.

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