lunes, 7 de diciembre de 2009

Jesucristo, a examen en las aulas españolas


“La religion (…) se ocupa de juzgar el pensamiento humano y sus acciones; no está calificada para pronunciarse sobre hechos reales ni la relación entre estos” - Albert Einstein (1879 - 1955), científico, pensador, escritor y ensayista alemán.




Lo que algunos creen impensable se piensa más de lo que algunos creen. Por ejemplo, expulsar al Mártir del Calvario de los colegios de España, un país en donde el sistema educativo sigue muy apoyado en el conservador aparato eclesiástico católico, y en donde la representación de este aparato se cobija bajo el extremo de la autoritaria sombra que proyecta el único ala del Vaticano, el de la derecha.

La iniciativa legal para el desmonte de todos los símbolos confesionales cristianos de las escuelas, cosa de que los musulmanes no sientan que se discrimina la Media Luna, los judíos que se desprecia el Menorah, los budistas que se menospecia la imagen de Buda y los ateos que se irrespeta la libertad de tener una educación libre de acentos religiosos, ha partido de Esguerra Republicana de Catalunya (ERC), la izquierda catalana, como no podía ser de otro flanco político.

La relativa vecindad ideológica de este movimiento político con el actual partido gobernante, el socialista PSOE, ha hecho que la iniciativa cobre cierto impulso, apoyada además por una directriz del Parlamento Europeo, aunque parece que se va a quedar en eso: en puro impulso.

Es decir, en buenas intenciones, aunque algunos no las vean tan buenas.

Por ejemplo, el PP, Partido Popular, representante de la ideología diestra en España, cuyos líderes han puesto de inmediato el grito donde mejor lo saben poner, en el cielo.

Ese mismo cielo que la iglesia católica ha vuelto a usar como arma de terror recientemente, cuando al obispado ibérico se le ocurrió la peregrina idea de anunciar, hace unas semanas, la excomunión automática para todo aquel que se pronunciara en este país a favor del derecho al aborto, y no digamos ya para las mujeres que recurren a esta -ya de por sí sola-bastante difícil solución.

Es precisamente este tipo de actitudes lo que se pretende combatir mediante la implantación de una educación estrictamente laica, erradicando del profesorado tendencias que pretenden perpetuar el terror oscurantista, confundiendo la enseñanza con la prédica y revolviendo las más sangrientas y fervorosas pasiones del ser humano, las inspiradas por eso que llamamos fe.

Pero, como se dijo antes, no parece que la iniciativa vaya a prosperar.

A estas alturas, ni siquiera ha sido posible ejecutar plenamente el cumplimiento de la Ley de Memora Histórica, que ordena el retiro y desmontaje de los símbolos, estatuas y otros monumentos que glorifican a la tiranía franquista y que tanto ofenden a la memoria de los que cargaron con el peso de la derrota republicana durante y después de la Guerra Civil. A diez cuadras de mi casa todavía se lee, grabada en la piedra de la fachada de la sede del Ejército del Aire, en la Calle de la Princesa: "Francisco Franco, Caudillo de España", en letras descomunales.

Pero por lo menos hay un diálogo. Un diálogo del cual en Colombia, al paso que vamos -con un procurador de la nación, Alejandro Ordóñez Maldonado, adscrito al Opus Dei y opuesto por motivos religiosos al derecho al aborto, así como al divorcio, al matrimonio gay y a la marihuana-, nos encontramos todavía a unos cuantos años luz.

Ese diálogo es un avance, y eso se nota no sólo en el sentido de los comentarios sino en la madurez con que abordan el debate sobre este tema los cibernautas que han visitado la columna de opinión Versión Libre, escrita por Marco Schwartz, el influyente periodista barranquillero y jefe de opinión del igualmente influyente diario madrileño Público.




Punto aparte: Ante el anuncio de que Nicolás Castro podría recibir hasta seis años de cárcel por una travesura atribuible a su inmadurez juvenil, es decir: crear un grupo de Facebook donde se comprometía a matar a Jerónimo Uribe, hijo del presidente, hay que preguntarse, ¿qué haría el gobierno en caso de que el objeto de las amenazas fuera otra persona? Digamos, por poner un ejemplo, Piedad Córdoba… Pero ya sabemos la respuesta: nada.


2 comentarios:

  1. La educación ha sido el caballo de batalla del poder, sea este político o religioso. Es el momento de plantearnos en qué valores de libertad de pensamiento y de autodeterminación queremos que se formen niños y jóvenes, donde lo importante es que cada persona aprenda a conectar con su propio poder.
    Interesante reflexión Carlos. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Es el momento, estoy de acuerdo, entre otras cosas porque la arremetida del ala ultraconservadora es mundial. Vivimos en tiempos interesantes.


    Gracias, Graciela. Un abrazo.

    ResponderEliminar